La Empresa Cuchillería Teodomiro sigue manteniendo el sabor de antaño, cuando el tiempo era lo menos importante, si ello conllevaba hacer una buena herramienta de calidad.
Los filos cortantes son de acero carbono o acero inoxidable de la marca “bellota” que proviene del país vasco.
Las empuñaduras o mangos de madera de encina o formica, según sean navajas o cuchillos, logrando una pieza característica.
De esta forma la industria de Teodomiro continua con la tercera generación, la de sus nietos, Teodomiro, Francisco, Juan y Victoriano, a pesar de la automatización del sector y exigencias del mercado.
La experiencia artesanal junto a la nobleza de los materiales acreditan a esta empresa, caracterizada por su originalidad y exclusividad a la hora de fabricar navajas.
La calidad tanto de las hojas de acero “bellota” que pasan de una a una por la fragua para conseguir el punto exacto del temple, como el acabado de la empuñadura fabricada con madera de encina y su proceso de afilado que es manual a piedra de esmeril, garantizan un producto único en cualquiera de sus variedades, ya sea la cabritera, taponera, barriguda o de corte recto.
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La cuchillería de Teodomiro, es un negocio familiar que empezó a funcionar en el año 1923 y hoy día sus artículos son signo de identidad del municipio serenense. A principios del siglo XX al vecino Teodomiro Martínez Manotas se le ocurrió fabricar una hoz que regalo a un amigo. Aquella hoja acerada y curva segaba la hizo tan bien, que rápidamente corrió la voz entre los agricultores. Tal fue la demanda, que tan solos unos meses después , se vería obligado a instalarse en un local de la calle Chameca detrás del monumento trajano, introduciéndose de esta forma en la industria más antigua del nuestro país.
El abuelo Teodomiro no tardaría en ampliar su gama de herramientas cortantes, para ello realizo innumerables pruebas, con palas desechadas por los peones camioneros, hasta llegar a su producto estrella: la navaja.
Su fabricación le hizo tan famoso, que en 1953 el jurado de la VI Exposición Provincial de Artesanía selectiva de la Internacional celebrada en Badajoz, le otorgó el primer premio por un excelente trabajo.
El abuelo Teodomiro, fundador, se retiró de la vida laboral pero se hicieron cargo del negocio su hijo, Teodomiro Martínez Dávila, una nueva generación que ha mantenido la misma técnica de afilado y montaje.
Recientemente se ha jubilado, pero también ha habido continuidad para coger el relevo de los cada vez más extinguidos oficios artesanales.
Nuestros clientes, se extienden por Extremadura, Cataluña, Madrid, Andalucía y el resto del país, ya que la utilización de esta herramienta es de lo más variada y son muchos los oficios que requieren su uso, en cualquier momento y lugar.