En esta ocasión hablaremos sobre cómo afilar un cuchillo de forma adecuada.

Muchas veces, por no saber cómo afilar un cuchillo, terminamos destrozando esta herramienta, cuando un buen cuchillo que se precie puede durar toda la vida.

Disponer en casa de buenos afiladores de cuchillos es primordial, pero esto no servirá de nada si no sabemos cómo hacerlo.

El uso continuado de nuestros cuchillos implica que éstos poco a poco vayan perdiendo el filo.

Los cuchillos son utensilios indispensables en las cocinas españolas, por lo que, que estos tengan un buen filo va a ser muy importante para cortar correctamente los alimentos.

Una de las opciones para afilar nuestros cuchillos es llevarlos a una cuchillería o, si tenemos la suerte de encontrarnos con uno, a un afilador callejero.

En el caso de que ninguna de estas alternativas sea posible, podemos hacerlo en casa, para lo que tendremos que saber cómo afilar un cuchillo de forma correcta.

Cómo afilar un cuchillo con una chaira

Una de las formas más comunes de afilar un cuchillo es haciéndolo con una chaira.

Pero, ¿qué es eso?, te preguntarás. Una chaira es una barra cilíndrica de acero, diseñada específicamente para este fin, para el afilado de cuchillos.

Seguro que alguna vez habéis visto a algún carnicero afilando sus cuchillos o hachas con este elemento.

Si vamos a afilar un cuchillo con una chaira, te recomendamos que ésta esté magnetizada, ya que así te facilitará el hecho de poder alinear los bordes de la hoja del cuchillo, que debe estar en un ángulo de 15 a 20 grados.

En esta posición, podrás afilar tus cuchillos de forma muy sencilla y con los mejores resultados.

Debemos sujetar con fuerza la chaira para que no se nos escape, y siempre lo haremos por detrás del mango.

Para comenzar con el afilado de nuestro cuchillo debemos comenzar desde la parte más cercana al mango, acabando en la punta.

Debemos deslizar el cuchillo por toda la superficie de la chaira, repitiendo estos movimientos de forma constante y a buen ritmo y haciéndolo varias veces por cada lado del cuchillo.

Para afilar el cuchillo adecuadamente solo necesitaremos pasar cada uno de sus lados durante un minuto por este elemento. Luego, lavaremos bien el cuchillo, siempre con mucho cuidado para no cortarnos.

Secamos y ¡listo!

Con este método podemos afilar tanto cuchillos como hachas o navajas.

Afilamos un cuchillo con piedra

Otra opción para afilar nuestros cuchillos es hacerlo con una piedra, cuyos resultados también son excelentes.

En primer lugar, cogemos la piedra y la pondremos en remojo durante 10 minutos. Tras ello, la ponemos sobre una superficie que esté completamente estable para evitar cualquier clase de problemas de deslizamiento.

Podemos utilizar una mesa sobre la que ponemos una toalla humedecida y la piedra encima, de este modo no se moverá a hora de afilar.

Una vez asegurada la piedra, cogemos el cuchillo y lo ponemos en un ángulo de unos 20 grados. Con una mano sujetaremos el cuchillo por el mango, con la otra usaremos los dedos índice, corazón y anular, para fijar la hoja contra la piedra.

Debemos empujar la parte que se quiere afilar y deslizaremos sobre toda la piedra en sentido contrario al que se utiliza para cortar.

Procedimiento que repetiremos varias veces por cada lado de la hoja del cuchillo.

La piedra que más se utiliza para este fin es la de medio grano, y se puede hacer afilando todo el cuchillo o por partes (base, centro y punta).

Afilar un cuchillo usando un afilador manual

Esta es otra de las opciones para afilar un cuchillo de forma rápida y sencilla.

Lo único que tenemos que hacer es pasar la hoja del cuchillo por las hendiduras con las que cuenta este dispositivo, siempre llevando el cuchillo hacia nosotros.

Mientras mejor sea el afilador, más afilado podremos dejar los cuchillos.

Los afiladores manuales suelen tener varias aberturas para conseguir un afilado muy apurado.

En primer lugar, para saber cómo afilar un cuchillo con este instrumento, pasaremos la hoja del cuchillo por la zona que tiene el grano más grueso. Gracias a eso, conseguiremos desgastar la hoja, haciendo que recupere su ángulo y eliminando las posibles imperfecciones que pudiera llegar a tener la hoja.

A continuación, pasaremos el cuchillo por la siguiente abertura para pulir y perfilar la hoja. Finalmente, lo pasamos por la siguiente abertura con lo que daremos más filo al cuchillo, dejándolo listo para usarlo después de un buen lavado.

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